Nuestra historia

El vínculo con el fútbol en particular y el deporte en general
La constante búsqueda de ofrecer lo que nosotros mismos utilizamos

Somos parte de una generación en la que deporte era sinónimo de juego, y juego sinónimo de estar con los amigos del barrio, de juntarse 3 o 4 vecinos y "armar un picado" en la misma calle con arcos formados por piedras. Salir de la escuela por la tarde, merendar e ir con una pelota al frente de nuestra casa, comenzar a hacer ruido y esperar que sea escuchado por algún amigo para que diera inicio ese "partidito" que tanto disfrutábamos. Sabiendo cuándo comenzaba pero sin final establecido. 

¿Qué decir del calzado que mayormente utilizábamos en esa época? La oferta era muy limitada en cuanto a modelos y marcas, destinándose aquellos muy próximos a desecharse para jugar en la calle. Quedaban reservados, en algún caso, los Kichutes traídos del Chuy para las prácticas y partidos de baby fútbol y, en contadas ocasiones, los Parabiago o Rahina exclusivamente para los partidos.

flotante que por el césped natural. Lo practicamos al más alto nivel del país durante varios años y cuando la biología nos comenzó a pasar factura, encontramos en la Liga Universitaria ese refugio que nos permitiese estar en contacto con la pelota, compitiendo.